jueves, 2 de agosto de 2012

Una amable y distendida entrevista


Pawntowers.- Bueno, pues aquí estamos. Juntxs por fin.
Nódulo Tiroideo de Significado Incierto- Cómo?
P.T.- Que digo que por fin estamos juntxs.
N.T.S.I.- Qué es esa palabra rara... con X?
P.T.- Ehm... es lenguaje inclusivo. Quitamos el género porque no hace falta que prevalezca ni el femenino ni el masculino.
N.T.S.I.- AJAJAJAJAJAJAJAA.
P.T.- Oye... 
N.T.S.I.- AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAA.
P.T.- Oye, disculpa.
N.T.S.I.- JUJUJUJUJUJU.
P.T.- Perdona, podemos seguir con lo que hemos venido a hacer?
N.T.S.I.- Ay sí. Perdona. Jaja. Jeje. Uf.
P.T.- Pues ha sido un tiempo de convivencia muy importante para ambxs, verdad? Aunque durante la mayor parte del tiempo yo no sabía que estabas ahí, los últimos meses han sido muy intensos. Cómo has vivido esta etapa de nuestras vidas?
N.T.S.I.- Ha sido muy emocionante. Trabajar con tu tiroides y tus cervicales ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido hasta el momento. Enriquecedora, claro -se ríe- en el sentido literal porque no he parado de alimentarme de tus células y mi crecimiento ha sido espectacular. De proliferación folicular concretamente. Jaja. Lo entiendes? Crecimiento, proliferación, jaja. No sé, simplemente estoy contento y agradecido. El proyecto me daba muchísimo vértigo pero asentarme en tu garganta fue una buena decisión al final.
P.T.- Hubo algún momento del proceso en el que tuvieras miedo...? Recuerdo cuando nos hicieron la primera PAF (punción por aguja fina)...
N.T.S.I.- Para nada. En todo momento me sentí muy bien tratado por tu cuerpo. Cuando nos metieron la aguja tu adrenalina estaba por los aires y todas las plaquetas vinieron a mi rescate gritando "Qué es esta porquería? Vamos a echarlo! Hay que proteger a nuestro amigo NT!". Y así. Me sentí querido. Como en casa. Creo que voy a soltar una lagrimilla y todo. Qué buenos momentos. Mira, subí esta foto a Instagram y todo... Quieres verla?
P.T.- Quizá cuando terminemos, gracias. Entonces... la separación ha sido dura?
N.T.S.I.- Bueno... digamos que estaba muy a gusto dentro de ti. Me cuesta comprender por qué nos separaron tan rápido.
P.T.- Nunca pensé que dirías eso.
N.T.S.I.- Ah no?
P.T.- Creí que todo lo que querías hacer era irte a tu propio frasco y vivir tu independencia.
N.T.S.I.- Y claro que quería. No te puedes aferrar eternamente y sabía que más tarde o más temprano debía abrazar la madurez. Pero me hubiera gustado que nos hubieran tratado con más respeto. Más información. Recuerdo que cuando nos metieron en el quirófano ni siquiera pudimos despedirnos. Y me hubiera gustado poder decirte todas las cosas que siento por ti.
P.T.- Ahora puedes, si quieres.
N.T.S.I.- Es duro...
P.T.- Lo sé.
N.T.S.I.- Pero simplemente gracias. Gracias por haberme creado. No sé de dónde vengo, y tú tampoco me hiciste conscientemente, pero si tenemos en cuenta el contexto podría haber nacido de cualquier cosa. Tu rabia. Tu dolor. Tu confusión. O alguna cosa ambiental. Contaminación, radiación, alimentación? Bueno, nunca lo sabremos. Pero viví en ti y masqué tu ira todos los días y eso me dio fuerzas para seguir adelante. No comprendías cómo algo tan pequeño podía influir tanto pero lo hice, y eso para mí ha sido una gran lección. Ahora sé que puedo hacer lo que me proponga.
P.T.- No todo, espero.
N.T.S.I.- Disculpa?
P.T.- Lo digo porque ahora estás fuera. Pero no sabemos todavía lo que eres. Todos hacemos malas decisiones en la vida alguna vez, y si decides hacer algo que no debas...
N.T.S.I.- Te estás equivocando.
P.T.- Si decides hacer algo que no debas no me gustaría recordar que estuviste en mí. No me gustaría pensar que tengo algo que ver.
N.T.S.I.- Estás presuponiendo cosas que yo no...
P.T.- Y sinceramente, en el fondo estaba deseando que te fueras. Eso que has dicho de no saber de dónde vienes. Creo que lo sabes. Los dos lo sabemos. Y no puedes pretender que estemos aquí, tan amigos, sin tenerlo en cuenta.
N.T.S.I.- No era amigxs?
P.T.- Vete a la mierda.
N.T.S.I.- Cómo puedes tener tanta cara!
P.T.- Yo no te pedí que vinieras. Tú llevaste a cabo una ocupación. 
N.T.S.I.- Te di una respuesta! Una justificación para tus males! La jodida puta excusa que llevas años buscando!
P.T.- Te tienes en demasiada estima si te consideras una respuesta de algo. 
N.T.S.I.- Ya está. Se acabó. Para la grabadora de los cojones y dame la cinta. Esto no lo vas a publicar.
P.T.- Estuviste en mi cuerpo y publico lo que quiero. O también quieres hacer censura, aparte de ocupar? Me recuerdas a alguien...
N.T.S.I.- Vale. Haz lo que te de la real gana. Pero sólo te voy a decir una cosa: lo que te jode, realmente, lo que realmente te vuelve loca es mirarme y verte en un espejo. Sabes que cada impureza, cada veta de imperfección y maldad que quieres ver en mí es un reflejo de ti. Eso es lo que estás intentando hacer ahora... Y si desaparezco, no va a salir de ti. Lo tienes dentro. Y te jodes. Te jodes. Te jodes!! TE JODES!!!

(Sale llorando de la sala. Un portazo)

P.T.- Así que esto es el orgullo materno.


(Sonríe. Oscuro)



jueves, 28 de junio de 2012

Decíamos ayer...

Cuando Charles Fucking Bukowski se quejaba de que podía haber sido un gran pianista, mirándose las manos, y decía que en realidad las había malgastado tirando de las cadenas del váter y tocándose las pelotas, en realidad solamente estaba verbalizando lo que pensamos todxs. Que podíamos haber sido algo mejor. Que nacimos para aspirar a la grandeza y sin embargo todxs hemos sido carne de ETT y esclavos del IRPF, amos y señores del catálogo de Ikea y de las rebajas de verano, pero poco más en realidad. Ni pianistas, ni escritores, ni grandes científicxs que descubren, en un arrebato de pasión profesional con música de John Williams de fondo (lo suficientemente épica) la vacuna para el SIDA. Y eso, supongo, nos jode. Sólo cuando recordamos las ganas que tuvimos alguna vez de hacer algo más con nuestras manos que no fuese tirar de la cadena. 
 
¿Perdón? 

¿Eso que oigo al otro lado de la pantalla es una queja? ¿Un respingo? ¿Una risa gallarda y altiva a lo mamón-Pérez-Reverte?

Ah, es que vosotrxs NO... Que os gustan vuestros trabajos y vuestras casas. Y vuestra ropa. Ya. Vaya. Qué fallo. Y nunca pensáis que lo podíais haber hecho de otra manera. Vale. Lamento generalizar entonces. Bukowski hablaba por sí mismo. Y le otorgo el derecho divino a hablar por mí, al menos, supongo, por qué no.

Llevo toda la vida huyendo de la rabia de no poder retroceder. Vivir es estar condenadx al camino recto. Los muertos son los únicos con el don del infinito. No hay nada en la vida parecido a una segunda oportunidad. Las cuentas a cero no existen. Nacer significa que el único camino posible es la línea recta en los carriles metálicos del tiempo. No se doblan ni se pliegan a nuestro gusto para llevarnos a otro lugar o a otro momento donde fuimos más felices.
No existen las matemáticas que rompan el espacio, los teoremas que inventan máquinas del tiempo. Darle a una palanca y volver a 1985. Soñar con el mar cuando estás en Madrid. No existe la consecución milagrosa del deseo. Vivir es no poder volver a todo lo pasado. Y no me acostumbro. 

Tampoco podemos cambiar de piel y esto lo veo francamente injusto. Nacer mamífera es una desventaja. ¿Qué hay de los reptiles, de los lagartos cambia-pieles inmunes a los caprichos de las estaciones? Ellos cambian escamas (lo que es la posibilidad inequívoca de reinventarse y ser un lagarto pianista en vez de un lagarto tira-cadenas si así lo desean), nosotras sangramos cada mes. Excluyo aquí a los hombres conscientemente. Vosotros experimentáis con menos conciencia la caída del cuerpo y la muerte de las células. A nosotras no no los recuerdan solamente las canas o la dificultad para subir escaleras. Nos lo recuerda cada mes este reloj natural que vive alojado en nuestras entrañas, que se alimenta de nuestros altibajos hormonales y de nuestra permeabilidad al mal en el mundo cual psiquiatra maligno y nos grita eso de "¡TEMPUS FUGIT, PETARDA, TEMPUS FUGIT!".

Creo que de ahí viene la invención de la Religión, sinceramente. De todas esos procastinadores que entonamos el "MAÑANA EMPIEZO". Ahí es donde los curas vieron el filón: el cuento de la vida eterna, la posibilidad de ser el gran pianista y no el tirador de cadenas en cualquier momento de la eternidad.

En la posibilidad del mañana es donde matamos la urgencia de vivir. Y eso es una paradoja, claro, pero no me apetece demasiado explicarla ahora mismo. No en el día en el que Ana Mato deja de subvencionarme el ibuprofeno.

Venga. Qué puta pereza. Circulen. Corran a disfrutar sus felicísimas vidas o a leer a Dostoievsky, antes de que les roben el tiempo, o peor aún: antes de que les convezcan de que la leyenda y la eternidad se alcanzan por un partido de fútbol.


Ay, Charles, Charles. Qué solxs estamos.